Creo que fue con la declaración del Parque Natural del Alto Tajo cuando conocí estas flores. Por aquel entonces aquellos barrancos donde aparece, pasaron a ser «pequeños santuarios» a proteger.
Muchos años mas tarde, me di cuenta del potencial fotográfico que tenían. Su abundancia local en pequeñas colonias, convierte a los calderones en una de mis flores predilectas.
Son sin duda pequeños jardines en los que parecen esconderse una vez mas los gnomos y otras criaturas del bosque. Cada vez que los visito creo ver alguno correteando, o tal vez es mi cabeza sin mas.
Cada año a final de Mayo o primeros de Junio recorro estos pequeños rincones de la sierra para intentar sacar algo diferente y experimentar. No se si evoluciono o involuciono, antes interponiendo matas entre sujeto y cámara, ahora con exposiciones múltiples haciendo barridos.
Esta ultima imagen ha sido la ganadora en la categoría Mundo Vegetal en el Memorial Maria Luisa. Una vez mas, los pequeños paraísos cercanos, esos que nos alumbran, esos que tanto necesitamos , recorren mundo; al compartirlos tengo la sensación de «desnudarlos» y también de hacerlos «grandes».
Enhorabuena! Muy merecido el reconocimiento!
Gracias Iñaki, un saludo
Enhorabuena una vez más Uge, una pasada de fotos, a mí la cuarta me ha encantado.
Un abrazo.
gracias Agustin, me alegro que te gusten. Un abrazo
Enhorabuena, tus creaciones son de las que crean estilo, y eso se traduce en los concursos. Eres un innovador.. felicidades.
gracias Micky, ya sabes que esto son rachas y hay que aprovecharlas. Un abrazo
Mi mas sincera enhorabuena Uge.
!!! Como sabes sacarle partido a cada rincón de esa Sierra y en particular al Alto Tajo !!!!
Un abrazo
Vicente
Gracias vicent, hay que aprovechar lo que tenemos cerca. Un abrazo
Enhorabuena. Guapas tomas. Un abrazo.
Gracias Miguel Angel. Un abrazo
Felicitaciones por el premio, más aún teniendo en cuenta el nivel de las imágenes a concurso. La mirada inquieta y curiosa de la que haces gala es en mi opinión el mejor premio par un fotógrafo. Enhorabuena
Muchas gracias Javier, seguramente esa curiosidad infantil sea algo que todos debemos recuperar para seguir probando cosas nuevas