Filomena y las aves que «no sabían volar»

La Alondra ricotí, o de Dupont (Chersophilus duponti duponti), es tal vez, la mas tímida ave habitante de nuestras lomas. Sin duda, la que más confía en su mimetismo y de las aves que permiten una menor distancia de observación si somos capaces de detectarlas. Se identifica por la longitud desproporcionada de su pico, su color pardo(más oscuro que el resto de aves de loma) y su comportamiento en el que se mueve rápidamente «ratoneando» y sin alzar el vuelo salvo en contadas ocasiones. Su canto es inconfundible y un referente en las noches y madrugadas de inicios de primavera y verano.

 

Muchas personas, incluidos los pastores las han oído, pero lo cierto es que pocos la han visto e identificado con claridad. Es relativamente frecuente en los páramos del sistema ibérico, aunque sus poblaciones andan en claro descenso por el cambio de uso del espacio, perdida de hábitat, predación y  disminución de insectos.

La timidez de estas aves, queda patente desde la primera vez que tenemos la suerte de verla.

      Sus pollitos abandonan el nido tras una semana y se alimentan sobre todo de arañas, cortamininas y coleópteros.

 

Estas aves necesitan un determinado recubrimiento de matorral bajo, con hueco para poder corretear entre las matas, sin empradizar y con pendientes no muy elevadas. El paisaje ganadero ha propiciado y aumentado con su actividad este paisaje en los últimos milenios.

Cuando esta especie se diferenció del resto, no ocuparía su distribución actual. Es posible( y  a partir de aquí, todo esto me lo invento) que viviera en alguna gran «isla» en lo que sería  depresión del Ebro. Esto no limitó su vuelo, pero por algún motivo, tampoco es su fuerte. Es un ave que vuela(incluso los pollitos de una semana saben hacerlo), pero solo en contadas ocasiones, en el celo y si se ve obligada tal vez por la escasez de comida en época invernal.

Son aves por lo general muy territoriales, que se desplazan por territorios  pequeños. Poco se sabe de lo que hacen estas aves en invierno, aunque hay citas de desplazamientos a 7 km de zonas de cría e incluso re-colonizaciones de un territorio a unos 40 km tras haberse extinguido años antes. Tampoco se sabe  con certeza lo que comen las aves adultas, aunque su pico «limícola» indica que los insectos deben ser la base también en la edad adulta.

Lo cierto es que su especialización  le cuesta cara a la especie(catalogada como vulnerable, aunque debería pasar a en peligro de extinción).

Las aves pequeñas en invierno se concentran en grandes bandos para sobrevivir;  eso ayuda en la defensa contra predadores y en la búsqueda de alimento. Son frecuentes bandos de cientos de jilgueros, gorriones, pardillos, pinzones… que en muchas ocasiones son mixtos.

No sabemos que hacen las pocas ricotís que pueblan nuestras lomas cuando el clima es extremo, ni si llegan a unirse a otros pájaros en bandos.

La nevada que trajo Filomena fué excepcional, no solo por la nieve caída, sino por la duración de la misma y por caer en forma de polvo, sin ventear. Cuando la nieve cae y hace viento, enseguida quedan huecos, lugares donde es amontona y otros libres de nieve. Estos pequeños huecos debajo de una aliaga o tomillo sirven de refugio para las aves «menos sociales» y «menos voladoras» como la ricotí.

Fueron diez  días de nieve  cubriendo todo de forma continua y  temperaturas de 20º bajo cero; es fácil imaginar la de insectos que puede llegar a haber y lo que estos animales pueden sufrir. Esa semana se vieron zarapitos, avefrías, alcaravanes… en mitad de las carreteras, incluso de las nacionales, en busca de sal o de algo bajo la nieve.

 

Al final del temporal,  Sabi Martinez (miembro de la Asociacion Amigos de Gallocanta) encontró un ejemplar de ricotí  muerto en las inmediaciones del pueblo de Tornos (Teruel). En muy contadas ocasiones esta especie se habrá visto en un casco urbano, pero eran los únicos lugares donde se había limpiado algo la nieve junto con las carreteras, por eso debió intentar refugiarse allí.

Este animal había nacido en las parameras de Embid (Guadalajara) en Mayo del año pasado, cuando fue anillado. Embid dista unos 24 km lineales del lugar donde fué encontrada. Para un ave de vuelo «perezoso» ya es bastante. Se desconoce si andaba en solitario o en grupo con otras especies o con alguna ricotí, aunque por lo poco que tengo observado da la sensación de ser un ave solitaria y mas rara que «la calentura». Tampoco  se sabe si en momentos  de escasez puede volverse granívora.

Bando de pardillos, totovías y gorriones compartían este campo abandonado.

Con este hallazgo se pone de manifiesto la  importancia del anillamiento científico y la ciencia ciudadana para conocer la etología de estas especies.

Ahora mismo muchas ganas de salir a oír las ricotís  al páramo.

Gracias

 

 

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14 respuestas a Filomena y las aves que «no sabían volar»

  1. Raúl dijo:

    Que buen artículo Uge.

  2. José Miguel dijo:

    Extraordinario artículo Uge . Tienes que darle más vida al blog. Buena fotografía y buen texto.
    Saludos

  3. Gregorio Cerezo dijo:

    Magnifico artículo

  4. Mariano dijo:

    Muy bueno Uge y muchas gracias, me has hecho despertar buenos recuerdos!!

  5. javier dijo:

    pobrecitas ricotis con ese canto de alondra electronica inconfundible e inolvidable. Gracias Uge por este articulo tan entrañable. Vivan las Ricoti. Salvemos las zonas estepareas. Que vuelvan las ricotis a las lomas de Gallocanta

  6. Gerardo Santos dijo:

    Muy chulo el articulo Uge, espero que a las alondras belchitanas les haya ido mejor, por aquí la nieve no duro tanto.

  7. Gracias Uge, me has hecho recordar mi primera ricotí en los páramos de Embid una noche helada, nevando, poco antes del amanecer, inhóspita, pero allí estaba, con su canto extraordinario. Un recuerdo cargado de emociones e imborrable.

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