Mi afición a las tormentas viene de hace muchos años, cuando trabajé como vigilante de incendios en una torre metálica elevada en mitad del monte. Muchos fueron las tardes de miedo que pasé allí, con la duda de si bajarme o no, de si meterme en el coche e irme de allí y cosas por el estilo. Poco a poco “aprendí” sobre como evolucionaban las tormentas, y pongo aprendí entre comillas porque nunca se aprende del todo a predecir lo que la naturaleza es capaz de hacer. Con el tiempo, ese miedo se fue convirtiendo en admiración y los días de verano que invitan a “no salir por tormenta” son algunos de mis preferidos; cojo mi coche y busco lugares desde donde poder observar las evoluciones de los cúmulo nimbos y sus fenómenos eléctricos asociados. Hace poco con la adicción a la fotografía digital, he hecho varias sesiones fotográficas intentando plasmar, aunque nunca es ni parecido, esos momentos.
Consideraciones previas
Antes de iniciarnos en la fotografía de rayos o tormentas, debemos pensar bien en lo que estamos haciendo; yo de hecho no animo a nadie a que lo haga. Es un tipo de fotografía peligrosa, que puede ser o no gratificante pero que tiene malas bromas. La posibilidad de ser alcanzado por un rayo es remota en condiciones normales, pero sube estrepitosamente si vamos a buscarlos. Se aconseja buscar localizaciones en sitios no muy elevados, lejos de tendidos eléctricos y árboles o cinas de alpacas, no usar paraguas para protegernos, no usar trípodes de fibra de carbono, no llevar el móvil encendido, no estar cerca de cursos de agua, mantener una distancia de seguridad prudencial (vale mas recortar luego la foto) y sobre todo no emocionarnos con el momento sin ser conscientes de los riesgos que estamos corriendo.
Siempre que podamos es mejor estar guarecidos en un sitio cerrado, como un coche o una casa, a ser posible con las ventanas cerradas. Aunque estemos en un sitio metálico (como un coche), siempre y cuando no abramos las ventanillas, estaremos a salvo porque actúa sobre nosotros como jaula de Faraday. Ver post de mas abajo para quitarnos un poco el miedo.
A cazar tormentas
Estamos acostumbrados a ver en la tele a cazatormentas que se dedican a grabar tornados o fenómenos atmosféricos extremos (afición muy americana y ya importada a muchos países). Conectados a un ordenador podemos seguir las evoluciones de un núcleo tormentoso a tiempo real mientras vamos con el coche buscando el lugar mas apropiado, pero bueno no hace falta ser tan sofisticado y basta con ver el tiempo el día anterior o mas simple todavía: asomarnos a la ventana y ver que la tarde promete.
Los meses veraniegos presentan una mayor inestabilidad y son los más propicios.
Conviene llenar depósito del coche porque hay veces que para encontrar un lugar propicio, hacemos muchos kilómetros; recuerdo una vez en la que había muchas tormentas simultaneas, avanzábamos hacia una, y sin querer nos metíamos tan dentro que ya era imposible hacer fotos, veíamos rayos unos montes mas allá y lo mismo, y terminamos recorriendo media provincia sin conseguir apenas nada fotográficamente hablando. Por el contrario, algunas tardes en las que las tormentas pasan una y otra vez es preferible no mover demasiado el coche e ir viendo como evolucionan antes de hacer camino.
Es importante esperar desde un sitio alejado y observar unos minutos donde caen mas rayos para elegir el encuadre. Por lo general en el margen hacia adonde avanza la tormenta suele ser el lugar con más inestabilidad y el sitio donde caen mas rayos aunque muchas veces caen en sitios impredecibles. Hay que ser un poco pacientes con el encuadre elegido y a la vez estar vigilantes por los cambios que se van produciendo.
Medios técnicos
Solo necesitamos un trípode, una cámara con modo bulb, un disparador (si es con disparo en serie mejor que mejor) y si hacemos fotos con luz de día ayudan los filtros de densidad neutra montados sobre un portafiltros. Un soporte de ventanilla, o el trípode montado en la parte trasera del coche, con el parasol montado nos ayudan a no mojar las lentes y en caso de mucho viento es mejor dejarlo y empezar de nuevo pasado el temporal. Los objetivos pueden ser varios: aunque es mas “fácil” componer con un angular también los rayos tienen que caer mas cerca. Con un teleobjetivo haremos una selección de paisaje desde un lugar mas alejado con el inconveniente de que al cubrir un campo menor, es mas difícil que el rayo entre en el encuadre.
Algunos consejos
Si fotografiamos de día, los filtros de densidad neutra (se pueden montar varios), un diafragma cerrado (f11 o mas) y un ISO 100, nos permiten alargar la exposición hasta 1- 3 segundos. Ayudados con un disparador con disparo en serie (yo tengo el canon TC-80N3), podemos darle hasta 100 disparos seguidos, o sea que durante un minuto o mas la cámara realizará fotos en serie sin cambiar encuadre. Si la temperatura es muy elevada debemos dejar un tiempo entre secuencia y secuencia para no recalentar el sensor demasiado.
Conforme va cayendo la tarde y la luz se atenúa, las exposiciones van siendo mas largas y pueden alcanzar los 30 segundos o mas, siendo las secuencias de disparo mas cortas. Debemos ir abriendo diafragma para dar mas luz y evitar perdida de calidad por diafragmar demasiado). A partir de los 30 segundos empezamos a usar el modo bulb de la cámara y cortamos la exposición cuando creemos que en nuestro encuadre ha entrado un rayo.
Las fotos mas espectaculares de rayos que vemos suelen estar tomadas de noche o casi de noche porque el rayo ilumina una zona y todo lo demás queda en semioscuro. No recomiendo iniciarse a este tipo de fotografía de noche porque considero que aun es mas difícil saber la evolución que pueden tener las nubes y moverse sin luz siempre entraña riesgos añadidos. Sin luz debemos enfocar a infinito o usar la distancia hiperfocal(con un angular), y el diafragma variará entre el mínimo del objetivo hasta f8 si tenemos luz parásita de alguna población cercana. Cortaremos la exposición cuando caiga el rayo.
En caso de que parte del cielo este descubierto, se podrán ver las trazas de las estrellas en alguna parte de la imagen y en otras el color rojo anaranjado de los rayos creando efectos espectaculares.
En una tarde tormentosa y tirando con el disparador en modo continuo podemos llegar a tirar mas de mil fotos y capturar tan solo unos pocos rayos que nos proporcionaran pocas fotos “salvables”. La emoción y los momentos vividos a algunos locos por las tormentas nos habrán merecido la pena.
Uge Fuertes Sanz
Una lección magistral, me encantan este tipo de fotografias, pero lo veo de un dificil, me quedo con tus imagenes que me parecen fantasticas, felicidades y gracias por compartir toda esta información.
Muy interesante, tu articulo. Me ha dado ganas de probar . Asi que a esperar al verano y a los cumulonimbos.
Por cierto, si quieres ir al top de sofisticacion en localizacion y seguimiento de tormentas, le puedes instalar un radar al coche.
gracias Conchita y Lluis, todo es ponerse pero sobre todo tener mucha precaución y observar unas cuantas desde sitio bien protegido antes de ponerse con ellas. lo del radar pues ya creo que se me escapa, jeje, aunque tiene que molar
No sabia de esta afición tuya… también me mola ir detras de las tormentas…mira que somos raros jajaja.
Esa del arco iris tiene mucho gancho 😉
Un abrazo
Muy bien explicado, especialmente el tema de seguridad. Las fotos como siempre geniales.
gracias Sergio, la seguridad es lo mas importante en estas fotos,aunque siempre se corre algun que otro riesgo.